EL SUEÑO CUMPLIDO
Era una vez un niño que de mayor quería ser recortador. Veía muchos concursos de recortes y le decía a su padre:
-Papá, ¿me llevas a ver los toros en los toriles?
Y su padre le decía que no porque era muy pequeño.
Y pasaron los años y tenía 18 años. Un día su padre le llevó a una capea. Cuando venían corriendo con los toros, un toro vino a la plaza y tenía el cuerno roto. Toda la gente se puso a gritar. Salía sangre por el cuerno y a un chaval le cogió el toro, y le metió 23 centímetros de cornada, y se lo llevaron al hospital. Decía la gente que era muy grave. Ese chico era el recortador.
Pasó 4 semanas en el hospital y varias operaciones, pero sobrevivió. Cuando salió del hospital, el chico quería todavía ser recortador. Entrenó mucho y al final consiguió su sueño, que era ir a las Ventas.
PUBLICADO POR ADRIÁN RODRÍGUEZ
Era una vez un niño que de mayor quería ser recortador. Veía muchos concursos de recortes y le decía a su padre:
-Papá, ¿me llevas a ver los toros en los toriles?
Y su padre le decía que no porque era muy pequeño.
Y pasaron los años y tenía 18 años. Un día su padre le llevó a una capea. Cuando venían corriendo con los toros, un toro vino a la plaza y tenía el cuerno roto. Toda la gente se puso a gritar. Salía sangre por el cuerno y a un chaval le cogió el toro, y le metió 23 centímetros de cornada, y se lo llevaron al hospital. Decía la gente que era muy grave. Ese chico era el recortador.
Pasó 4 semanas en el hospital y varias operaciones, pero sobrevivió. Cuando salió del hospital, el chico quería todavía ser recortador. Entrenó mucho y al final consiguió su sueño, que era ir a las Ventas.
PUBLICADO POR ADRIÁN RODRÍGUEZ
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